
Necesito contar... tenecesito hablar, necesito transmitir... hay días que me paro en mi gran capilla, en la intimidad de mi habitación o entre los pasillos de mi casa... y pienso en los rostros de cada joven que se acerca a mi... y que al verme joven... exclama: ¡PERO COMO TE HAS METIDO TÚ, A MONJA! y con una simple sonrisa les digo... el Señor me complicó la vida y me enamoró lentamente... aunque lo que a veces me viene a la cabeza es... decidí darle mi carne y no mis huesos, decidí sirvirle y hacer algo distinto a través de Él, para tantos que lo necesitan... decidí... lanzarme al vació hacía una experiencia, donde doy fé que nunca imaginé que iba a realizar... y donde cada día vuelvo a buscar su sentido, su valor, su latido cardiaco... decidí ser instrumentos, como otras personas lo fueron para mi... instrumentos de Dios, una herramienta en sus manos disponible a trabajar... a ayudar... a contagiar.
Me metí a monja sí... con 20 años, decidí dejar todo lo que tenía, y todos mis planes, mi sueño de una casa de colores, de un coche moderno y práctico, de un hospital donde desarrollar mi profesión y vocación profunda... y de una vida compartida con un chico determinado, conocido en un momento determinado, del que nunca me olvidaré...
¿qué pasó?... pues bien, bien; no sé decírtelo, ni contartelo... ante esto anda una cosa que a veces es dificil de expresar, una conversión, una caída del caballo, un sentimiento que te va conquistando el corazón y cambiando lentamente tus planes y deseos, por otros que parecen mayores, que te comen la cabeza, que te emocionan y te encandilan hacía un camino... realmente una locura para los tiempos que corren... a veces pensar en la locura de la cruz, de un Dios que había muerto por mi, por ti y por todos... era lo único que me mantenía en esta "loca" idea... de seguir a Cristo a través de una Congregación... viviendo con mujeres que han sentido lo mismo que yo... que la vida está para servir, y que hay un servico radical que en algunas a ocasiones a Dios se le antoja, lo pide discretamente y quien lo agarra... se lanza a esta terrible aventura.
¿has entendido algo?... imagino que no... la conclusión es que a través de unos años, fuí sintiendo que mi vida podía coger otro rumbo que me atraía con la misma fuerza y a veces mayor que los planes y deseos, que el amor por un chico concreto... llegó un momento donde Dios era más fuerte que el mundo, que las esperanza, que lo pensando durante años... y que la lucha entre dos vidas me rompía por dentro... decidí arriesgarme, pensé... ¿qué puedo perder? y decidí optar por una vida distinta y muy diferente de la que tenía... y solo el simplemente de decirme, tranquilizó mi corazón y me devolvió una paz que jamás sabré transmitir con palabras... la vida cambio de color... antes era de muchos colores... pero ahora se volvian chillones y mágicos... nuevas experiencias, amigas nuevas, valores distintos... toda una aventura de saludos y despedidas, gente que comienza, que continua, que se va, que nos deja, que llega... y una vida que relamente cobra sentido, cuando al llegar la noche, ves las clases que has dado, los alumnos que se han acercado a ti, los problemas de un/a tal... que tan hecho reflexionar y lanzarte a intentar ayudar... la fuerza de una hermana mayor... que quiere seguir gastando su vida por la juventud... la sonrisa de una chica nueva que aparece por casualidad y la sinceridad de una compañera...
Dejé el sueño de un hospital, por una planta de hermanas enfermas, por unas clases de auxiliares, por una atención de urgencia a jovenes que se ponen un pelín malas al estar fuera de us casa... y aunque a veces echo de menos todo... y me rebelo por mi juventud ante todo... algo, alguien... me dice... que mi vida al Servicio total y disponible sigue valiendo la pena... con 27 años, aunque no entienda a mis hermanas por sre mayores, aunque no esté de acuerdo con viejas tradiciones, aunque no entienda los horarios, las estructuras, las jerarquías y los probelma de esta Iglesia, tan mía como tuya.
Y el... CÓMO TE HAS METIDO A MONJA?, no continua con respuestas algo ridiculas, sino con un sentimiento que nace de una expreincia profunda, de ver a Dios en quienes me rodean, de sentirlo en los silencios y en los ruidos, de ver que no camino sola... sino con un ser concreto que se llama Jesús de Nazaret... y junto a muchas mujeres y hombres que sintieron lo mismo que yo... depués de 2010 años... seguimos... caminando
Un dirio finalmente he decidio escribir, para contar mis días y que la gente deje de

pensar que ser monja facilita la vida, simplifica la vida, y aleja de la verdadera vida... ser monja es una experiencia, una opción de vida... que implica... muchas cosas iguales a las que tú vives... y otras muy diferentes, pero también sacrificadas... y donde una debe aprender como tú a saber vivir, a saber ser, a saber afrontar la dificultad, la desilución, los egoismos... y a la misma vez saber gozar de lo bueno, de lo que vale la pena, de las alegrías, de los éxitos, de las valoraciones humildes y las no tanto, aprender a reir... a sonreir... ser monja es simplimente ser... tienes un fin más claro en tu vida, pero ello no te ahorra
las piedras... del camino.
Gracias Señor.