LLevo dos meses en mi nuevo destino. Sigo sinteindome bien, contenta y con esperanza, a pesar de seguir intentando superar las heridas que tengo, los recuerdos malos y cosillas que cualquier persona tenemos que ir afrontando... a veces todo este muno interior mio lago descolocado, me descoloca de verdad y me cuesta y me duele y no consigo acostumbrarme a que la vida es así y yo he de poner mi empeño en SER... lo qeu tú mi Dios quieres de mi.
Sé que no estoy aquí por casualidad, y que el que tantas cosas conspiraran para ello, como diría Paulo Cohello... es por algo... Dios me ha mandado aquí, no slo pensando en los jóvenes, en mi misión... intuyo que me ha mandado aquí por mi, para mi... como si fuera un regalo envuelto de optimismo, y de confianza.
Hay días que algunas actitudes me contrarian por dentro, cosas que no entiendo o más bien posturas de hermanas mias que no veo lógicas, es una comunidad tan maja y podríamos enriquecernos y lo hacemos... pero a veces percibo que cuesta, a la vez que valoro ese esfuerzo...
Nos vemos poco, mucho trabajo, mucho jaleo... dínamicas todas, pero contentas...
Ún día a la semana tengo la suerte de pasar la tarde con las más mayores... y jugamos, reimos o hacemos alguna manualidad y es todo un gozo estar ese rato con ella, aprender de ellas, escuchar sus vidas, sus experiencias y como han pasado el tiempo por esos rostros tan y tan entregados que ahora luchan, gozan y esperan... que Dios las vuelva a llamar... y mientras hace todo lo que pueden por seguir dando...
Es algo que me interroga, nunca piesno en mi muerte, en mi desgaste, en como enfrenatré la enfermedad... y creo que un poco falta de fe... no pongo ese momento como el encuentro con Dios, no tengo aún ese pensamiento hecho en mi... que abrá después...??? aunque reconozco que cada vez que he acompañado a alguien en ese trance, si he sentido como iban a los brazos de Dios en una inmensa paz....
Sé que no estoy aquí por casualidad, y que el que tantas cosas conspiraran para ello, como diría Paulo Cohello... es por algo... Dios me ha mandado aquí, no slo pensando en los jóvenes, en mi misión... intuyo que me ha mandado aquí por mi, para mi... como si fuera un regalo envuelto de optimismo, y de confianza.
Hay días que algunas actitudes me contrarian por dentro, cosas que no entiendo o más bien posturas de hermanas mias que no veo lógicas, es una comunidad tan maja y podríamos enriquecernos y lo hacemos... pero a veces percibo que cuesta, a la vez que valoro ese esfuerzo...
Nos vemos poco, mucho trabajo, mucho jaleo... dínamicas todas, pero contentas...
Ún día a la semana tengo la suerte de pasar la tarde con las más mayores... y jugamos, reimos o hacemos alguna manualidad y es todo un gozo estar ese rato con ella, aprender de ellas, escuchar sus vidas, sus experiencias y como han pasado el tiempo por esos rostros tan y tan entregados que ahora luchan, gozan y esperan... que Dios las vuelva a llamar... y mientras hace todo lo que pueden por seguir dando...
Es algo que me interroga, nunca piesno en mi muerte, en mi desgaste, en como enfrenatré la enfermedad... y creo que un poco falta de fe... no pongo ese momento como el encuentro con Dios, no tengo aún ese pensamiento hecho en mi... que abrá después...??? aunque reconozco que cada vez que he acompañado a alguien en ese trance, si he sentido como iban a los brazos de Dios en una inmensa paz....
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